RELATOS REALES O FICTICIOS

Este blog contiene los relatos e historias elaboradas por las alumnas del tercer grado de educación secundaria de la institución "Santa Magdalena Sofía", en los cuales hacen gala de su creatividad, imaginación y habilidad para elaborar y redactar historias.

viernes, 18 de noviembre de 2011

24. LAS DOS VECINAS de Daniela Eneque Vergara

Había crecido un hermoso árbol que en el día daba muy buena sombra  pero en las noches de otoño se despojaban de su follaje, llenando de hojas secas el jardín de su dueña y el de su vecina de al lado.
La propietaria barría renegando del árbol, olvidándose de la buena sombra que le daba en los días de sol.la vecina por su parte, se negaba a barrer pues sostenía que la propietaria era quien debía hacerlo puesto que era su árbol.asi es como llegaron a enemistarse.
Discutían muy seguido, y ninguna quería hacer limpieza. Paso un anciano muy respetable que trato de apaciguarlas pero ellas no querían entender, entonces el anciano les dijo:
     Las hojas de este árbol son muy valiosas, cuestan por lo menos $10 c/u no creo que deban pelearse sino mas bien recogerlas juntas.
  La vecina dijo muy veraz:
 ¡Por supuesto que eso hare!
Pero si antes replico la dueña del árbol –no quiere recoger ni una sola hoja, ahora que sabes que tiene mucho valor, incluso querrás recoger las de mi lado. El árbol es mío y por lo tanto todas sus hojas me pertenecen y como tal yo las recogeré.
La vecina replicaba que los que estaban de su lado solo a ella les pertenece. Era tal el calor que ponían en sus argumentos que casi llegan a enredarse a tirones.
El anciano nuevamente intervino apaciguándolas.
Antes nadie quería hacerse cargo de la basura que deja el árbol y ahora ambas se reclaman dueñas. En verdad el árbol le pertenece a su propietaria y ella tiene la obligación de recoger cuanta hoja caiga de su árbol.
La vecina propietaria sonrió con una amplia sonrisa de satisfacción, la otra quedo muy contrariada.
¿Estan de acuerdo las dos?
La dueña dijo “si” con entusiasmo, la vecina también dijo “si” con  bastante desazón.
El anciano antes de partir les dijo:
Me he confundido, viéndolo bien es un hermoso choloque y sus hojas no tienen valor, pero ya sabe cada  una cual es su obligación. 

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