RELATOS REALES O FICTICIOS

Este blog contiene los relatos e historias elaboradas por las alumnas del tercer grado de educación secundaria de la institución "Santa Magdalena Sofía", en los cuales hacen gala de su creatividad, imaginación y habilidad para elaborar y redactar historias.

martes, 25 de octubre de 2011

12. UN MITO HECHO REALIDAD _ de Janeth Sánchez Vásquez

Un dio regreso Juanito de la escuela, como todos los días, cursaba quinto año de primaria, la profesora les había ordenado escribir una carta para el día del padre.
Bien entusiasmado le pregunto al señor santos, así, se llamaba su abuelito. ¿Cuándo va a regresar mi papa?, observo un rostro pálido, entristecido y cansado, Juanito abrazo a su abuelo, los dos se sentaron en el sillón y el señor santos le conto.
Tu papa era marinero, le encantaba la brisa del mar y todo lo que había en el, un día, se fue a navegar con ocho tripulantes ¿Quién iba a imaginar lo que iba a ocurrir?, entonces Juanito le dijo:
-ya estoy grande, abuelito para que me cuentes la verdad.
Una  lágrima rodaba por la mejilla de su abuelo, prosiguió con su relato, días después había oído la noticia de que el barco donde navegaba, su hijo se había hundido y que solo había un sobreviviente, era el amigo de tu padre llamado Carlos, este, la había contado de cómo se llego a hundir este barco.
Eran más o menos las cinco de la tarde, cuando se desviaron de la ruta, las olas empezaron a agitar más fuerte, y se escucho un canto, tan hermoso, una melodía que no se podía resistir, estas melodías las lavan las señas cada vez que un barco se les cruzaba, por lo que los marineros, se encantaban por sus sonidos, y se arrojaban al  mar, que él se salvo solamente porque no pudo escuchar dicho canto, porque él estaba enfermo del oído y se solo había tapado con harto algodón y por eso se había salvado.
El abuelo nostálgico comento que no se había resignado con lo que le había dicho Carlos, así que se fue tras su hijo, pagando un costo alto para averiguar si era cierta la historia.
Naufrago por varios días, cuando, sin darse cuenta había llegado cerca de una isla llamada metan, en ella se observaba bastante vegetación  e inmensa rocas. Cuando a lo lejos se observo una linda mujer mitad pez y mitad persona, que se escarmentaba los cabellos y entonaba una voz de inmensa dulzura, pero para ello el abuelo había  investigado todo  acerca de las sirenas e incluso en libros decía que era cuerpo de ave y rostro de mujer, por lo tanto no tenían aletas sino alas y si un hombre era capaz de oírlas sin sentirse atraídos de ellas una sirena debía morir.
Pero el abuelo está observando una sirena diferente a lo que él había investigado, puesto a que tenía una belleza radiante.
El había tomado precauciones así que había ordenado a todos los tripulantes antes de partir, que se tapasen los oídos con ceras para no poder oír la música, mientras el atado  al palo del barco con los oídos descubiertos para que el pudiera comprobar si su música encantaba o no, de esta forma pudieron cruzar y comprobar lo que le había contado Carlos.
Esa tarde ninguno de los marineros sufrieron daño porque no pudieron oír la música y el abuelo a pesar de que había implorado una y otra vez que lo soltaran los tripulantes no lo hicieron porque él les había ordenado anteriormente de que no lo hicieran, así que se mantuvo, amarrado al poste y pudo deleitarse con la música de la sirena sin correr peligro alguno ni él ni sus acompañantes , entonces recordó lo que había investigado así es como sucedió, un hombre era capaz de oírlas sin sentirse atraídos por ella.
Hasta que en consecuencia aquella tarde una de las sirenas pereció y su cuerpo fue lanzado por olas hacia la playa.
Llegando el abuelo y sus acompañantes a desembarca, el abuelo enterró a la sirena y en su tumba había grabado el nombre de su hijo Cristian, aquel día se convenció de lo que le había ocurrido a él.
Al narrar esta historia a su nieto se abrazaron fuertes y se abrazaron con mucha nostalgia de lo sucedido. Juanito después de escuchar su relato y con mucho amor le escribió una líneas a si padre y se dio cuen5ta que él no le había abandonado y que seguramente en sus últimos momentos se había acordado  de él.
Desde ese momento Juanito y su abuelo se iban todos los fines de semana se iban a orillas de la playa para recordar a Cristian, quien fue un buen padre y un buen hijo.

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